La inteligencia artificial al servicio de la comunicación en el sector verde

Inteligencia Artificial (IA). Es la palabra mágica del momento, la piedra filosofal de los tecnólogos, pero también la “fuerza” que impulsa aplicaciones gratuitas  que hace los deberes de los estudiantes o que redacta poesías. Es el truco final de los magos de la imagen digital con el que se puede suplantar identidades o generar paisajes, cuadros, ilustraciones de forma aparentemente sencilla. Son titulares escandalosos, amarillistas, y otros esperanzadores por sus aplicaciones en la medicina. Es eso y mucho más. Y lo que quizá la diferencia de otras innovaciones tecnológicas es que avanza a una velocidad vertiginosa, que hay millonarias inversiones detrás de ella y que está al alcance de todo el mundo.  

Parece que cualquiera puede crear, confiar en una IA y lanzarse a conquistar el mundo profesional. Pero… ¿es todo tan sencillo? ¿Va a acabar con los creadores de contenido y los diseñadores? ¿Es tan autónoma la IA como para prescindir del componente humano? ¿Qué papel juegan los humanos? Con este artículo trataremos de aportar desde Floramedia claves basadas en nuestra experiencia en el uso de las herramientas de IA en la comunicación para el sector verde.

Tanto el equipo de Floramedia España como nuestros compañeros de otros países hemos experimentado con ellas y analizado su funcionamiento, posibilidades y resultados. Al ser un campo muy extenso, vamos a hablar solo de la generación de las imágenes, el producto más representativo y demandado de nuestro sector.

La IA utiliza un vasto conjunto de imágenes e información, desglosándolos y analizándolos para crear representaciones nuevas. Aprendiendo a través de algoritmos, la IA mejora con cada imagen creada, expandiendo su base de datos. La participación humana y las correcciones son clave para afinar su comprensión de nuestras expectativas y conceptos abstractos. Por ejemplo, si pedimos que nos genere una imagen de una planta o una flor no buscará tal imagen en una base de datos, sino que generará una nueva tras “inspirarse” en miles de fotografías que están alojadas en sus servidores. ¿Es válida la imagen? Eso lo deberá determinar nuestro equipo de diseño y botánico. La experiencia y el conocimiento humano son los filtros imprescindibles para validar si se trata de un resultado válido o no.

A priori, la fórmula de la IA generativa, la que es capaz de crear textos o imágenes a partir de esa vasta biblioteca, es sencilla. Se le da una orden a la IA y esta genera una foto o ilustración, cual conejo saliendo de la chistera. Sin embargo, el diseñador es indispensable e irremplazable en el proceso creativo. Muchos resultados están alejados de la idea real, con fallos de representación, con imágenes mal elaboradas en las que una flor tiene más pétalos de los reales o un humano al que le faltan varios dedos… Ya no solo se trata de esos errores de bulto, sino que para llegar a una imagen útil, práctica, que responda a las necesidades de un proyecto, el diseñador es una figura irremplazable que cuenta con una cultura visual, un conocimiento sobre el diseño, la composición, la elección de colores… y también una idea de las tendencias y de lo que ya ha hecho o hace la competencia. Sí, se puede “educar” y “alimentar” a la IA, pero entonces debemos tener el concepto de la IA como el de una herramienta al servicio del diseñador, no una tecnología autónoma. Del resultado depende el criterio del/la diseñador/a, las indicaciones (prompt) y un potente trabajo de edición posterior de los humanos.

El futuro de la IA plantea preguntas intrigantes sobre su inteligencia, optimización y control. ¿Cuándo superará a la humanidad en inteligencia? ¿Cómo impactará en nuestra sociedad y vida cotidiana? ¿Cómo afectará a los diferentes sectores de la economía? ¿Y en concreto al de la horticultura ornamental? Hoy estamos viviendo en directo una película de ciencia ficción y lo único que sabemos es que los avances en IA son vertiginosos. Lo que ayer era una gran novedad, la próxima semana posiblemente habrá sido superado. Es por ello que en Floramedia trabajamos para estar al día de estas herramientas con el objetivo de detectar qué beneficios creativos puede aportar en nuestro día a día y por lo tanto en los proyectos de nuestros clientes.